Un dia muy esperado, Amsterdam: El cumpleaños del Rey!
por Aleho Montoya · Publicada · Actualizado
Amsterdam – Paises Bajos
Después de que dos de mis mejores amigos me dijeran que venían a Berlín en Agosto del 2017 y que luego irían a Ámsterdam, pensé que sería genial ir con ellos a Ámsterdam. Al mismo tiempo pensaba visitar a una amiga que tengo allí. Sin embargo, al contarle de mis planes a mi amiga me dijo que si quería ir a Ámsterdam sería mucho mejor si lo hiciera para el día del Cumpleaños del Rey en Abril. Aquel jueves era muy especial para los holandeses especialmente para los que vivían en Ámsterdam. Era el cumpleaños del rey y la ciudad lo celebraría por lo alto. Ante semejante propuesta me vi obligado a cambiar mis planes y reservar tiquetes para esas fechas.
Ámsterdam en Europa es sinónimo de rumba, entre tantas cosas. Esta vez llegue a la ciudad y mi amiga me recogió en la estación, me llevo a su trabajo y esperamos a que su turno terminara. 3:00 pm del miércoles y ya la primera botella de vino del día estaba siendo abierta por una amiga suya en la oficina. Eso se puso serio. Bueno, solo fue un pequeño warm up. Nada serio. Salimos después de un par de horas hacia la casa de ella que se encontraba en las afueras de la ciudad. Ya en la noche empezamos cenando y luego tomando un par de cervezas. Al siguiente día iba a ser el cumpleaños del rey número 50 y como era de costumbre el día anterior la gente salía a las calles a tener un pre-party. Obviamente nadie trabajaba aquel jueves.
Mi amiga ya había reservado y comprado tiquetes para una fiesta latina de la que me hablo desde que me convenció de ir estas fechas. Fuimos con otra amiga holandesa, un chico mexicano y otro sirio. La discoteca por fuera se veía un poco elegante. Y adentro, después de cruzar la puerta nos encontramos con un ambiente increíble. Había un salón muy grande con muchísima gente. La música estaba genial y la mezcla latina con europeos estaba por toda parte.
Al otro día estábamos invitados a un BBQ en la casa de un amigo de ella para empezar a celebrar el cumpleaños del rey. La fiesta allá también estuvo genial. Teníamos mesa de beer pong, asado, música y gente de muchos países. Después de 4 horas en esa casa salimos a las calles tipo 4 pm en donde habría escenarios con música electrónica.
– La gente acostumbra a vestirse completamente de naranjado y toda la ciudad se veía inundada por todas partes con este color.
Nos quedamos un par de horas en dos conciertos de electrónica y luego tipo 9:00 pm nos fuimos a un bar-discoteca en el centro de la ciudad. No podía creer que todavía estuviera parado. Estaba muy cansado pero el ambiente y la gente con la que estaba se prestaba para seguir disfrutando. A media noche fui a casa finalmente a descansar.
Los dos siguientes días si fueron un poco más tranquilos. Salí con mis dos amigas holandesas a recorrer la ciudad y me mostraron aquellos rincones que quizás solo los locales conocen. Fue curioso que cuando íbamos caminando por el frente del palacio del rey nos encontramos con muchísima gente y muchos policías. Un par de minutos después ya se estaba bajando el rey con su esposa de un carro. Esa noche iba a celebrar su cumpleaños con 150 personas más de Ámsterdam que también estuvieran cumpliendo años en esa fecha con una cena.
Continuamos nuestro camino por la ciudad y seguí disfrutando de la belleza de Ámsterdam. La cantidad de canales es impresionante y muchas de sus calles terminan siendo muy parecidas. El estilo de sus casas es único: Estrechas casas inclinadas, con un gancho en el tope para ayudar en los traslados. Cada esquina, cada calle, cada rincón del centro de esta ciudad termina siendo una postal.
Visitamos varios lugares por toda la ciudad y si que caminamos. Estuvimos en el sur de la ciudad en un mercado llamado Albert Cuyp en el que se puede apreciar mucho la cultura holandesa. Pasamos por el frente de la casa de Ana Franco que como siempre, tenía una fila gigantesca. Visitamos tambien muchos edificios más en el centro de la ciudad.
Estuvimos en la parte norte de Ámsterdam que es quizás un lugar que mucha gente omite en su visita a esta ciudad. Tomamos el ferri y en un par de minutos ya estábamos allí. Inicialmente subimos al último piso del edificio Adam’s Look out. Allí se encuentran unos columpios que generan un diminuto vértigo. Mi amiga lo quería probar así que lo hicimos. Nada espectacular. Pero si se podía ver toda la ciudad muy hermosa.
Esta parte norte de Ámsterdam es un poco más alternativa y artística. Mi amiga conocía un pequeño “cafe ecológico” llamado: Cafe de Ceuvel en donde había restaurante muy bueno. El lugar me gusto muchísimo. Todo el lugar esta creado a base de productos reciclables que se obtuvieron de un antiguo puerto barquero. Este es un proyecto que vienen desarrollando por un par de años cuya idea es admirable. Se puede caminar también por varios senderos que tienen trazados y se pueden ver oficinas creadas adentro de pequeños barcos que ya son inservibles. Al salir de este lugar caminamos mas por este sector de Ámsterdam y me gusto ver tanta expresión de arte en sus calles. Grafitis, actividades, bares o cosas muy novedosas pero sin mucho trabajo generaban diversión. De cierta forma se me parecía a Berlín este lado de Ámsterdam.
– Un hecho es que acá la prostitución es legal.
En la noche quería caminar un poco por el Distrito Rojo y conocer un poco de este libertinaje que ofrece esta ciudad. Para los que no conocen, este es un lugar en el centro de la ciudad en el que mujeres en ropa interior se paran detrás de una puerta de vidrio esperando a hombres que se quieran acostar con ellas. Previamente había estado en un evento de Couchsurfing.com en donde conocí a un chico argentino con el que me entendí muy bien. Decidimos ir juntos al Distrito Rojo y caminar por sus calles. No sabía que sentir cuando estaba en frente de las chicas pues disfrutaba ver la belleza de la mujer pero por otro lado pensaba en que esa era la única forma que ellas encontraban para generar ingresos. Sus cuerpos se exhibían como objetos y se compraban como cualquier dulce. No me quede con la curiosidad y decidí preguntarle a una de ellas cuanto dinero cobraban a lo cual me respondió: 50 euros por 20 minutos. No pago por sexo. Pero me quede con el dato como cultura general.
– El cumpleaños del rey y Amsterdam se habían acabado para mi. Al otro día ya salía para Bélgica muy temprano así que cené algo con el argentino en una pequeña tienda y luego de camino a casa.